Esta obstrucción de la sangre puede desencadenar en distintos trastornos, significativamente graves para la salud:
*Enfermedad de las arterias coronarias, es decir, que las que irrigan el corazón. Cuando esto sucede y se bloquea la llegada de sangre a este órgano vital, se puede sufrir una angina de pecho o un ataque cardíaco.
*Enfermedad de las arterias carótidas, es decir, las que llevan sangre a otro órgano esencial de nuestro cuerpo, el cerebro. En este caso, lo más probable es que se sufra un ataque cerebral, cuyas consecuencias dependerán del grado, la localización y gravedad del ataque. Podrán ir desde problemas en el habla, en lo motriz hasta reducción de cualquiera de los cinco sentido, como la vista.
*Enfermedad arterial periférica. En este caso, las arterias comprometidas son las que se localizan en los miembros, brazos y piernas, y en la región pélvica. En caso de que la obstrucción se encuentre en alguna de estas zonas, el paciente podría sufrir adormecimiento, dolor o incluso padecer infecciones.
Debido a que muchas veces la arteriosclerosis no manifiesta síntomas fácilmente perceptibles, hasta un estadio avanzado, habría que realizarse un examen físico, diagnóstico por imágenes, u otras pruebas similares, para determinar un posible trastorno de este tipo de manera precoz, en especial, cuando se ha alcanzado la edad adulta.
De todos modos, vale destacar que -como en todo- la prevención también es esencial a través de un estilo de vida saludable, con una dieta equilibrada y reducida en grasa, la práctica regular de ejercicio y mantenerse en un peso saludable. Finalmente, el no fumar y el mantener bajo control los niveles de estrés también son dos piezas fundamentales para evitar sufrir de esta afección.
1 comentario:
LUIS ORTIZ ( EL NUEVO )
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