Kepler 22-B está situado a unos 600 años luz de la Tierra, tiene 2,4 veces el tamaño de nuestro planeta, posee una temperatura ambiental de 22 ºC y, según los científicos de la NASA, es el primer planeta conocido que podría ser idéntico al nuestro. Aunque el anuncio haga volar nuestra imaginación y, prácticamente, nos haga pensar en una nueva colonia, los científicos aún no pueden afirmar si el planeta está compuesto mayoritariamente por rocas, agua o gases.
Este exoplaneta es uno de los 54 planetas que fueron identificados en febrero como posibles planetas similares a la Tierra, con la particularidad que, gracias a otros telescopios, se ha podido confirmar esta hipótesis con Kepler 22-B. Es decir, que aún queda un buen grupo de planetas por confirmar que ha quedado reducido a 48 al ajustar los umbrales de definición de “zonas habitables”. De hecho, en estos casi dos años y medio de misión, el telescopio espacial Kepler ha detectado 2326 objetos candidatos de los cuales 207 son de un tamaño similar al de la Tierra.
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