La digestión es la forma que tiene nuestro organismo de asimilar los nutrientes que se encuentran en los alimentos que consumimos. Por este motivo es importante que el proceso digestivo sea correcto, ya que una las malas digestiones nos pueden traer algún que otro quebradero de cabeza.
Una mala digestión suele estar acompañada de una mala absorción de los alimentos. Las paredes que recubren nuestro aparato digestivo suelen estar en malas condiciones, lo que nos lleva a una pésima asimilación de los alimentos. Esto nos va a llevar a no aprovechar al máximo los nutrientes que nos brindan los alimentos, y por lo tanto poder sufrir algún que otro problema derivado de esta situación.
La digestión comienza en la boca, cuando masticamos los alimentos y los ensalivamos. Es importante masticar bien para facilitar la digestión a nuestro estómago. El segundo lugar de la digestión es el estómago donde los alimentos son sometidos a los jugos gástricos que van a descomponerlos en nutrientes que pasarán a la sangre a través del intestino, que es la última fase de la digestión y a través de donde asimilamos todos los nutrientes que nos facilitan los alimentos.
Una mala asimilación de los alimentos por parte de algunos de estos órganos que intervienen en la digestión traerá consigo numerosas consecuencias para nuestro organismo, ya que será el detonante de varias y diversas enfermedades y anomalías que pueden trastocar nuestra salud. Digerir mal las proteínas puede traer consigo enfermedades como el asma, alergias, colon irritable, anemia, falta de vitamina B12… Esta mala asimilación se debe a la falta de nutrientes como la pepsina, falta de enzimas pancreáticas…
En el caso de los hidratos de carbono mal digeridos el resultado que obtenemos para nuestra salud es un aumento de la flatulencia y una progresiva hinchazón del abdomen que conlleva un endurecimiento de esta parte. Es lo que se conoce como problema de gases. Esta mala asimilación de hidratos suele estar debida a una mala secreción de encimas pancreáticas y a una deficiente masticación e insalivación de los alimentos.
La mala digestión de las grasas puede venir acompañada de trastornos como la fibrosis quística o la mala asimilación de ácidos grasos esenciales necesarios en la actividad celular, así como una falta de vitamina A que tantos problemas puede acarrearnos a largo plazo. Esta mala asimilación de las grasas suele deberse a una falta de enzimas pancreáticas, así como un deficiente funcionamiento de la bilis, que es la encargada de digerir las grasas.
Por este motivo es importante mantener una correcta digestión, y para ello debemos comenzar por comer los alimentos de forma adecuada. Masticar bien y no forzar nuestro sistema digestivo son la base para conseguir un correcto funcionamiento de esta parte del cuerpo y así evitar posibles trastornos.
1 comentario:
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